ABRIL: RESILIENCIA
Resiliencia es la capacidad de reorganizarse, rearmarse o que tiene una persona frente a situaciones adversas, logrando una transformación positiva.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros/as alumnos/as a ser resilientes?
- Aceptar las diferencias que existen entre los/as alumnos/as, es el primer paso para enseñarles a aceptarse a sí mismos/as y aceptar a los demás.
- Motivar a los estudiantes a reconocer lo bueno que exista en su entorno.
- Recordar lo importante que es establecer una relación positiva con un adulto que los estime incondicionalmente. Esto es fundamental en la construcción de la resiliencia.
- Estimular a los/as alumnos/as a reconocer el valor propio, el del otro y a respetar aquello que es importante para los demás.
- Ayudar a los/as alumnos/as a encontrar lo positivo dentro de sí mismos.
- Estimular a niños y niñas a expresar sus sentimientos, aún los negativos, y a creer en ellos y en sus posibilidades de cambiar aquello que los entristece.
- Desarrollar actividades para enseñar habilidades para la vida como llevarse bien con los demás, trabajar en grupo, expresar opiniones propias, tomar decisiones o fijarse metas, por ejemplo.
- Brindar afecto y apoyo. Esto es central en la construcción de la resiliencia, y formará personas con una gran seguridad en sí mismas.
- Expresar nuestro afecto tomando en cuenta a todos los alumnos/as, escuchando con interés lo que les sucede.
- Establecer y transmitir expectativas elevadas acerca de su capacidad para aprender a enfrentar situaciones difíciles.
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En definitiva, para que nuestro alumnado sea resiliente debemos trabajar:
1. Competencia
Describe el sentimiento de ser consciente que uno puede manejar una situación de manera eficaz. Se puede ayudar a aumentar la competencia de los niños/as…
- Ayudándoles a centrarse en sus puntos fuertes
- Haciendo que relacionen los errores identificados con incidentes específicos
- Capacitando a los niños/as a tomar decisiones
- Teniendo cuidado de que el deseo de proteger a un niño/a no envíe un mensaje erróneo que le haga pensar que no es suficientemente competente para manejar ciertas situaciones
- Reconociendo las competencias de todos/as por separado y evitando comparaciones entre ellos
2. Confianza
La creencia de un niño en sus propias habilidades es fruto de su competencia. Se la he dar confianza…
- Centrándose en lo mejor de cada niño/a para que él/ella también pueda tener consciencia
- Expresando claramente las mejores cualidades, como la sinceridad, la integridad, la persistencia y la bondad
- Reconociéndole y valorándole las cosas bien hechas
- Alabando con honestidad sus éxitos concretos y a la vez evitando “falsas” alabanzas
- Evitando empujar al niño/a a tomar acciones que difícilmente podrá manejar
3. Conexión
Desarrollar estrechos lazos y vínculos con la familia y el grupo permite crear un sólido sentimiento de seguridad que ayuda a generar fuertes valores, y por otro lado, evita desarrollar sentimientos de individualidad y egoísmo. Para ayudar a un niño a establecer una conexión con su entorno, hay que ayudarlo…
- Haciendo que se sienta seguro tan físicamente como emocionalmente
- Permitiéndole que exprese todas sus emociones para que el niño/a se sienta confortable en momentos difíciles
- Abordando los conflictos abiertamente dentro del grupo/clase para solucionar los problemas
- Creando actividades en las que el grupo pueda compartir tiempo
- Fomentando una sana relación que refuerce mensajes positivos
4. Carácter
Los niños/as necesitan desarrollar un sólido conjunto de valores morales para determinar lo que está bien y lo que no y demostrar una actitud afectiva hacia los demás. Para fortalecer el carácter de un niño/a, hay que empezar...
- Demostrándole cómo el comportamiento de uno puede afectar a los demás
- Ayudándole a que se reconozca él/ella mismo/a como una persona afectiva
- Demostrándole la importancia de pertenecer a la comunidad
- Evitando prejuicios o estereotipos de carácter racistas o que inciten al odio
5. Contribución
Los niños/as necesitan darse cuenta de que el mundo es un lugar mejor para vivir solo por el hecho de que ellos forman parte de este mundo. Entender la importancia de su contribución personal puede servir como una fuente de propósitos y motivaciones personales. Hay que enseñar a los niños/as a contribuir...
- Comunicándoles que muchas personas en el mundo no tienen lo que necesitan
- Destacando la importancia de dar un servicio a terceras personas y entender el buen modelo de la generosidad
- Creando oportunidades para cada niñ/a pueda contribuir de una manera específica, según sus capacidades.
6. Confrontación
Aprender a hacer frente al estrés y saber gestionarlo ayudará a los niños/as a estar mejor preparados/as para superar los retos de la vida. Hay que enseñarles a adoptar actitudes positivas para hacer frente a obstáculos...
- Guiando a los niños/as a desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas y positivas
- Dándose cuenta que decirle a un/a niño/a que pare con las malas conductas no será eficaz
- Entendiendo que la mayoría de comportamientos de riesgo en niños/as son reflejo de intentos de aliviar el estrés de su vida diaria
- No condenando a un niño/a por las conductas negativas, y por el contrario, haciendo incrementar su sentido de arrepentimiento.
7. Control
Los niños/as que son conscientes de que pueden controlar las consecuencias de sus decisiones tienen más probabilidad de darse cuenta que tienen la capacidad de recuperarse más pronto. Se puede ayudar a un niño/a a tener más control sobre sus actos...
- Ayudándoles a entender que los acontecimientos de la vida no son puramente al azar y que la mayoría de cosas que tienen lugar en nuestras vidas son fruto de nuestros actos y decisiones
- Aprendiendo que la disciplina se transmite a través de la enseñanza, no del castigo o del control; actuando con disciplina se les ayuda a entender qué actos producen ciertas consecuencias
No hay una respuesta sencilla que garantice la resiliencia para cada situación. Sin embargo, nos podemos desafiar a nosotros mismos como educadores/as para ayudar a nuestros alumnos/as a desarrollar la habilidad de analizar y afrontar sus propios retos y ser más resilientes, estar más capacitados, y en definitiva, ser más felices.